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Como Invertir en Oil and Gas en 2025


Hace años, un ingeniero en Noruega dibujó en una pizarra una serie de flechas que unían el fondo del mar con una curva financiera. Lo que parecía una clase técnica sobre petróleo se convirtió en una lección de vida: planificar un campo petrolero no es simplemente extraer energía del subsuelo, es anticipar el futuro, convivir con la incertidumbre y tomar decisiones que perdurarán por décadas.


Ese ingeniero era el profesor Milan Stanko, y en nuestro podcast Charlando de Minas, nos guió paso a paso por el proceso invisible que transforma un hallazgo geológico en valor económico. Este artículo recoge esa conversación. No es una guía paso a paso, es una historia sobre cómo se toman decisiones reales en uno de los sectores más complejos del planeta.





El descubrimiento no es el principio


Todo empieza antes incluso de que haya petróleo. Las compañías no perforan a ciegas: hacen scouting, evalúan áreas por su historia geológica, acceso político, sensibilidad ambiental y datos sísmicos preexistentes. Es como elegir dónde plantar sin saber si el suelo tiene agua.


Cuando la zona promete, se solicita una licencia de exploración. A veces, esa licencia da derecho a compartir la superficie con otras compañías: todos observando el mismo mapa, buscando esa anhelada anomalía geofísica que podría esconder un campo productivo.


El subsuelo habla... pero en probabilidades


Los primeros datos reales llegan con la exploración sísmica y los pozos de appraisal. Pero incluso entonces, nadie sabe con certeza lo que hay. El subsuelo no es transparente. Los geólogos modelan estructuras, estiman porosidades y calculan lo que podría haber con curvas de probabilidad. Se habla de escenarios P10, P50, P90: reservas posibles, probables, y seguras.


Una de las reflexiones más potentes de Stanko fue esta:

"Cuando perforas, no ves el petróleo. Lo deduces por lo que falta, por lo que rebota. Trabajas siempre en sombras."

Decidir sin saberlo todo


La decisión más importante no es cuando se descubre petróleo. Es cuando se decide si desarrollarlo. Y esa decisión se toma en un contexto de niebla, con incertidumbres que van desde las reservas hasta el precio futuro del crudo.


El proceso se estructura en "puertas de decisión" (DG0 a DG4). Cada puerta representa un punto de no retorno: avanzar, retroceder, pausar o abandonar. Aquí la ingeniería se mezcla con estrategia, finanzas y regulación.


El valle de la muerte


La etapa más arriesgada es la de ejecución. Se invierten cientos o miles de millones en infraestructura: plataformas, FPSOs, pozos, tuberías. Y durante años... no hay ni un dólar de ingreso.


Esto es lo que llaman el valle de la muerte en Oil & Gas: un periodo donde todo es gasto y las malas decisiones del pasado se vuelven irreversibles. Como dijo Milan:

"Es muy fácil cambiar de idea al principio. Muy caro hacerlo al final."

La plataforma tiene un tamaño, un número de pozos, una capacidad de procesamiento. Si descubrimos luego que hay el doble de petróleo, ya es tarde. No se puede escalar con un click.


Vivir con tus errores


Una vez el campo entra en producción, comienza una nueva etapa: la de convivir con lo diseñado. Es en las operaciones donde se descubren los aciertos (o errores) de planificación.


Se aplican mejoras como pozos adicionales, IOR (mejoras de recobro), optimización de cuellos de botella. Pero en offshore, esto es costoso y limitado. En tierra firme (onshore), hay más margen de maniobra.


Stanko lo resume así:

"En planificación sueñas. En operaciones sobrevives."

Cierre: cuando el futuro ya no paga


Al final, todo campo se apaga. Y abandonarlo cuesta. Se deben sellar pozos, desmontar instalaciones, evitar fugas. Pero el valor presente de esos gastos, al estar a 30 o 40 años vista, es bajo económicamente. Esto no significa que no importe, sino que suele quedar relegado en las decisiones iniciales.


El arte invisible


La verdadera genialidad del desarrollo petrolero no está en la ingeniería visible, sino en las decisiones invisibles: cuándo perforar, cuánto gastar, cuánto esperar, cuándo abandonar.


Milan Stanko no sólo explicó cómo se calcula un NPV. Nos recordó que cada punto porcentual de retorno es el resultado de miles de suposiciones conectadas. Y que en Oil & Gas, como en la vida, rara vez se tienen todas las respuestas antes de decidir.


En nuestro podcast puedes ver la masterclass y en nuestra web te puedes descargar sus diapositivas

 
 
 

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